El estilo nórdico no deja de estar de moda, tanto que parece que se ha convertido en una tendencia constante.
Este estilo decorativo nació a comienzos del
siglo XX en los países del norte de Europa: Noruega, Suecia, Finlandia y
Dinamarca. Es decir, lugares en los que la mayor parte del año apenas hay luz
natural, y los inviernos son largos y duros. Aunque, desde entonces hasta
ahora, el estilo se ha ido depurando, algunas de sus claves son las que popularizó
el diseñador sueco Carlo Larsson.
La principal razón de esta continuidad tiene
que ver con que las características de este estilo nacieron para combatir esa
falta de luz. Por eso, los colores que dominan son claros. Mireia Pla, de MIV
Interiores lo define así:
“La luminosidad de las estancias son
esenciales en este estilo. De ahí la tendencia del blanco puro en paredes y
muebles; e incluso en suelos”.
Eso no quiere decir que el color esté
descartado. “La nota de color siempre se añade en cojines, mantas, colchas,
objetos de decoración y cuadros. Porque para los muebles también se eligen
tonos neutros como el blanco. Y maderas como la paulownia, el haya o el
abedul”, comenta Mireia.
Si te gusta el estilo nórdico puedes recoger algunas
ideas del siguiente vídeo:
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